Dentro de la gran cantidad de fiestas que tienen lugar durante este mes de Mayo, quiero destacar una fiesta muy singular que me llamó la atención por su originalidad, por su compleja puesta en escena y porque las fiestas que tienen lugar durante el plenilunio tienen un atractivo adicional. Se trata de una fiesta tradicional que aúna elementos religiosos y profanos y que representa la enérgica oposición entre las fuerzas del odio y el amor, y todo esto bajo la única claridad que ofrecen diez antorchas.
Esta fiesta ritual se celebra en Cetina, en la noche del 19 al 20 de mayo coincidiendo con las fiestas en honor a San Juan Lorenzo, nacido en ésta localidad en el siglo XIV. Aunque algún documento del siglo XVIII cita un espectáculo similar a la Contradanza en Cetina con el nombre de “mojiganga”, su origen es una todavía una incógnita.
Contradancero portando una hacha |
La contradanza comienza cuando los contradanceros portando la imagen de San Juan Lorenzo, salen a recoger al diablo. Juntos y acompañados por los músicos van en busca de la primera "vara" (el cofrade responsable de la organización de la fiesta). Es entonces cuando se prenden las hachas (teas) en una hoguera como ritual de purificación. Con las hachas encendidas y realizando un pasacalles, durante el cual recogen a las autoridades civiles y eclesiásticas, desembocan en la Plaza del Ayuntamiento sobre las once de la noche.
Contradanceros y Diablo realizando una mudanza |
No sólo por la indumentaria y por la puesta en escena, sino también por la implicación de toda la población en su preparación, en 1996, fue declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial por el Gobierno de Aragón. En conclusión, la Contradanza es un espectáculo en sí misma que merece la pena contemplar y disfrutar “in situ” si se tiene ocasión.
Si ya has estado o tienes intención de asistir este año, por favor, comparte con nosotros tu experiencia.
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