Hace poco estuve en uno de los pueblos más bonitos e impresionantes de España. Esta villa que ha visto pisar sus tierras a prácticamente todas las civilizaciones que han pasado por la península, conserva su esencia en cada calle, en sus edificios, en su gastronomía.
Morella desde la N-232 |
Nosotros aprovechamos que pasábamos unos días en Alcossebre y desde allí nos tomó una hora y media aproximadamente. Las carreteras de acceso, aunque en algún momento son un poco estrechas y con unas pendientes que ya podrían incluirse en la Vuelta a España, están muy bien acondicionadas y no tienen demasiado tráfico, por lo que la conducción es bastante tranquila y reposada.
Aunque estemos tremendamente cerca del mar y nos parezca difícil que el relieve del paisaje pueda cambiar, desde que tomamos la N-232 en Vinaroz, aproximadamente en el kilómetro 40, el paisaje se empieza a tornar cada vez más verde y se van levantando las primeras montañas con grandes extensiones de bosques. Es una carretera para disfrutar, tiene bastante encanto.
Unos kilómetros después de pasar un pequeño puerto, corto pero intenso, el camino se vuelve prácticamente recto y tras una curva, de repente vemos un cerro con una extraña silueta, como si fuera el Monument Valley español. Según te acercas y te fijas, al final te das cuenta de que esa forma tan colosal y a primera vista inaccesible es Morella, y coronando todo su castillo (casi 1000 metros de altitud, que teniendo en cuenta lo cerca que estamos del mar, es mucha altura).
Carretera de Vinaroz a Morella |
Carretera de Vinaroz a Morella |
Carretera de Vinaroz a Morella |
Iniciamos nuestra ruta, entrando por la imponente Puerta de San Miguel (siglo XIV), una puerta al más puro estilo medieval flanqueada por dos colosales e inquebrantables torres de base octogonal.
Puerta de San Miguel y murallas de Morella |
Según entras, de frente se encuentra la oficina de turismo, pero si está cerrada o sólo te interesa el mapa, en su página web te lo puedes descargar (mapa de Morella aquí)
Calles de Morella |
Tomamos el ramal de la derecha y a partir de ahí, aunque la calle vaya cambiando de nombres, no hay bifurcaciones que nos puedan confundir. El paseo es precioso. A un lado y a otro de la calle principal, encontraremos multitud de bonitos rincones y estupendas vistas, y en la misma calle, varias tiendas donde venden productos gastronomicos locales: quesos, miel, embutidos... todas puestas con mucho gusto y que te llaman a entrar y comprar de todo.
Un poco más adelante encontraremos el Ayuntamiento a la izquierda. Nosotros lo encontramos abierto y pudimos ver cuatro gigantes que tenían expuestos en el hall de la entrada.
Siguiendo nuestro caminar por esta calle, llegamos a Blasco de Alagón (más conocido como Los Porxes). La calle más bonita de todo Morella. La calle se estrecha y las casas a ambos lados de la calle empiezan a sostenerse sobre unos altos porticados en los que no solo tiene cabida la puerta de entrada, sino que en algunos casos la primera planta también queda bajo el techado del soportal.
Desde la calle, si observas el techo de estos soportales, podrás ver un artesonado muy cuidado y trabajado. Especialmente a la altura del número 28-30 podrás encontrar una verdadera obra de arte.
Siguiendo adelante, nuestra calle desemboca en la Plaza de Colón, donde podremos encontrar un pequeño parque infantil y una terraza. Si vais con niños, es el lugar adecuado para hacer un receso. Ellos siguen corriendo pero nosotros nos sentamos un rato que luego vienen cuestas.
Atravesando el parque y subiendo una escalinata de largos escalones llegamos a otro de los lugares mas bonitos de Morella, la Plaza del Estudi. Encontraremos un mirador a nuestra izquierda, pero lo impresionante está a la derecha. Es nuestro primer encuentro, desde que atravesamos la Puerta de San Miguel con el Castillo. Allí arriba está la mole desafiando al tiempo, inalcanzable y abajo unas preciosas casas encaladas que parecen sacadas de una postal (aunque esta expresión ya casi no se lleve. Tendremos que buscar otro dicho más actualizado).
No os olvideis de echar un vistazo al Mirador, llamado Portal del Rei, tiene unas vistas sobre las tierras que rodean Morella muy bonitas y al reloj de sol que hay en medio de la plaza. Tiene una buena fotografía.
Calle de Morella |
Unos metros más adelante, girando a la izquierda nos encontraremos con el Convento de Sant Francesc, un edificio de estilo gótico, que será el futuro Parador Nacional de Turismo de Morella y desde donde se accede al castillo, declarado Bien de Interés Cultural en 1931 y figura mas representativa de esta villa junto con sus bien conservadas y restauradas murallas.
El Castillo es una fortificación del siglo XIII, construida sobre la "Mola" aprovechando la misma roca. Es de arquitectura islámica con posteriores reformas de estilo medieval.
La entrada cuesta 3,5€ e incluye la visita del Castillo y del Convento de Sant Francesc y un folleto con el itinerario a seguir. Pagar ese precio merece la pena aunque sólo sea para disfrutar de la Sala Profundis en el convento (donde están las pinturas murales medievales que representan la famosa danza de la muerte) y las vistas cuando llegamos a la zona más alta.
La visita está muy bien señalizada y dispone de paneles informativos que son muy útiles para situarse en la época.
La entrada cuesta 3,5€ e incluye la visita del Castillo y del Convento de Sant Francesc y un folleto con el itinerario a seguir. Pagar ese precio merece la pena aunque sólo sea para disfrutar de la Sala Profundis en el convento (donde están las pinturas murales medievales que representan la famosa danza de la muerte) y las vistas cuando llegamos a la zona más alta.
Danza de la muerte de la Sala Profundis |
Escaleras de acceso al tercer nivel y seguimos subiendo |
Torre Pardala |
Una vez de vuelta al exterior del Convento iremos por la calle Hospital hasta la Basílica Arciprestal de Santa María, un verdadero tesoro gótico. Las dos puertas de la fachada principal se merecen una mirada pausada, pues son impresionantes. Nosotros no visitamos el interior por cuestiones de tiempo, pero hay una magnífica escalera del coro enroscada en una de las columnas que nos quedamos con ganas de ver.
Después de esto, bajamos por las callejuelas hasta llegar de nuevo a la calle de Juan Giner. Allí nos tomamos algo en una de las terrazas, donde probamos las croquetas morellanas (realmente ricas) y volvimos al coche.
Terminada la visita, no puedo más que concluir que Morella no es para disfrutarla sólo un día. Morella se merece una visita pausada, un paseo por su Alameda, disfrutar de sus imponentes murallas y diferentes panorámicas desde las afueras del casco urbano a través de su ruta circular que la circunvala completamente, de su gastronomía, de su artesanía, de su ambiente... en fin, que como veis, esto nos supo a poco y en cuanto tengamos oportunidad repetiremos.
Si teneis sugerencias o recomendaciones para futuras visitas, son bienvenidas.
Basílica Arciprestal de Santa María |
Después de esto, bajamos por las callejuelas hasta llegar de nuevo a la calle de Juan Giner. Allí nos tomamos algo en una de las terrazas, donde probamos las croquetas morellanas (realmente ricas) y volvimos al coche.
Terminada la visita, no puedo más que concluir que Morella no es para disfrutarla sólo un día. Morella se merece una visita pausada, un paseo por su Alameda, disfrutar de sus imponentes murallas y diferentes panorámicas desde las afueras del casco urbano a través de su ruta circular que la circunvala completamente, de su gastronomía, de su artesanía, de su ambiente... en fin, que como veis, esto nos supo a poco y en cuanto tengamos oportunidad repetiremos.
Si teneis sugerencias o recomendaciones para futuras visitas, son bienvenidas.
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