Porque a todos los que nos gusta el senderismo sabemos lo difícil que es practicarlo en algunas provincias durante el periodo estival, hoy quiero compartir con vosotros una ruta que realizamos el pasado 12 de agosto en la provincia de Granada: la ruta de Los Cahorros bajos (la de los altos si que es mejor dejarla para cuando el sol sea menos incisivo y cruel con nosotros).
Y ¿por qué pudimos hacerla? Pues, porque transcurre por una zona de umbría, tan cerca del río y en una garganta tan cerrada y con tanto follaje que es difícil que el sol te encuentre. De hecho había varias partes del sendero que estaban embarradas y había que andar con mucho cuidado de no escurrirse. No se como será en los meses más fríos, pero esas zonas congeladas tienen que ser un peligro.
Bueno, empecemos por el principio.
La ruta comienza en el mismo pueblo de Monachil, a 8 kilómetros de Granada dirección Sierra Nevada.
Panorámica de Monachil |
Monachil es un pueblo pequeño con mucha afluencia de gente cuando los remontes y las pistas de esquí de Sierra Nevada están abiertos, pero que no queda desierto cuando la nieve desaparece. Es el momento en que senderistas y escaladores hacen su aparición mantienen viva la zona el resto del año. Su oferta en alojamientos y restaurantes es bastante amplia y los precios son muy asequibles fuera de temporada.
Cartel y escaleras de inicio de la ruta |
Una vez que dejemos el coche, debemos de buscar un puente situado casi a la altura de la Hospedería Los Cahorros. Si lo cruzamos y giramos a la izquierda, al poco tiempo encontraremos una señal que indica el inicio de la ruta.
Deberemos de bajar unos escalones hasta llegar a la altura del curso del río. Desde allí solo tenemos que seguir el sendero claramente diferenciado.
Esta primera parte, unos 5 kilómetros aun fuera de la garganta en si, es un regalo a los sentidos. El sonido del fluir del río, el olor a follaje húmedo, el crujir de las ramas según avanzas por el camino...todo ello complementa a la perfección el salvaje e impenetrable paisaje que vas descubriendo. Si tienes suerte, incluso podrás saborear alguna que otra mora silvestre. Cuando estuvimos nosotros aun estaban demasiado ácidas.
El sendero en general es sencillo y fácil de recorrer.
Sendero hacía Los Cahorros |
Al poco rato llegarás a un edificio abandonado e invadido por la yedra. Es la antigua estación eléctrica de La Trola. Pero esta no es la que indica el mapa, sigue un poquito más adelante y te encontrarás la buena, aun en funcionamiento.
Central eléctrica La Trola |
A partir de aquí la cosa se complica, sobre todo si vas con una mochila porta-bebes (como nosotros). Si es así, cuenta con que en varias ocasiones tendrás que agacharte para pasar, casi a gatas, por debajo de troncos y ramas que invaden y atraviesan el camino.
Empinada escalinata hacia Los Cahorros |
Escalones erosionados por la bajada del agua |
A partir de aquí ya no queda nada para toparnos con el primer puente colgante. Será en momento en el que oficialmente nos adentremos en Los Cahorros.
Pasado el primer puente, el sendero cambia completamente. Pasamos por primera vez a la orilla contraria del río y la sombra que veníamos disfrutando desaparece. Durante este corto tramo llano y agradable nos acompañará una pequeña acequia a nuestra izquierda hasta que lleguemos al segundo puente colgante un poco mas pequeño.
Sendero tras cruzar el primer puente colgante |
Volvemos a la zona tupida del sendero.
Segundo puente colgante |
De aquí salen dos senderos y hay que tomar el de la izquierda para llegar al tercer puente, al final del cual, encontraremos una señal. Cahorros derecha y Monachil por Las Pedroñeras a la izquierda.
Sendero hacia el tercer puente colgante |
Seguimos por la derecha y nos encontramos con el verdadero puente colgante de 62 metros de longitud.
Puente colgante de 62 metros |
Puente colgante de 62 metros |
Lo atravesamos y una vez más, el paisaje cambia drásticamente. A partir de aquí la garganta se estrecha considerablemente y toda la vegetación que nos venía acompañando hasta ahora empieza a desaparecer.
Camino después de pasar el último puente colgante |
Nosotros seguimos muy poco más. A partir de aquí el camino se estrecha y se ve invadido por la roca hasta el punto en que agacharte no es la solución para saltear el obstáculo. O decides bajar y seguir por el agua o tendrás que agacharte, sentarte, agarrarte a la roca para no perder el equilibrio, quitarte y ponerte la mochila... hasta llegar a la Cueva de las Palomas, donde oficialmente terminan Los Cahorros (aunque el camino sigue adelante si aun te sientes con ganas).
Aceptando que tendríamos que repetir dentro de unos años la experiencia hasta el final, decidimos emprender la ruta de regreso. Hasta este punto nos había llevado la ruta aproximadamente 1 hora.
El mayor empezaba a estar cansado, así que preguntamos a unos escaladores que estaban cerca del último puente si era buena opción volver por la ruta de Los Cahorros altos. Nos lo desaconsejaron. Así que decidimos hacer un parón en un remanso del río de una cuarta de profundidad bajo el segundo puente según volvíamos.
Receso del río estupendo para descansar un poco |
Seguimos adelante y poco mas tarde, nos encontramos la señal en que indicaba el camino a Monachil por Las Pedroñeras. Preguntamos a otros escaladores que andaban por allí y nos indicaron que a unos 200m había un merendero "San Garrito", donde ellos habían dejado el coche. Decidimos ir hasta allí y uno se quedaría con los niños y otro haría la vuelta solo (no lleva más de 20-25 minutos), cogía el coche y venia a recogernos mientras tomabamos algo.
La espera en el merendero fue muy agradable. Era un sitio tranquilo con una amplia terraza frecuentado por escaladores que antes o después se toman allí algún tentempié y disfrutan de las estupendas vistas mientras dejan aparcado su coche entre olivos. Nos tomamos unos refrescos y nos pusieron unas buenas tapas a un precio buenísimo.
Aparcamiento del merendero "El Garrito" |
El sitio está realmente bien y si vais con niños pequeños, planear el paseo sólo como ida y luego aprovechar este merendero como zona de recogida/comida es una opción realmente buena.
Ya retomando el camino de regreso, vimos que justo en la desviación de la carretera hacia el merendero hay un pequeño aparcamiento donde algunos visitantes aparcan y sin hacer ruta que os he contado se dirigen directamente al "gran puente colgante" (lástima la experiencia y belleza que se pierden).
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