jueves, 21 de mayo de 2015

Orbaneja del Castillo



Orbaneja del Castillo,  situado en el extremo occidental de la provincia de Burgos, casi rozando territorio cántabro,  es uno de los pueblos más atractivos de la geografía burgalesa que se ganó hace un par de años un marcador en nuestro mapa de pueblos pintorescos de España.




La villa actual se originó en la Edad Media y parece ser que, en un principio, también contaba con un castillo.



Orbaneja del Castillo
Paisaje karstico que destaca en lo alto de Orbaneja del Castillo

Su entorno se caracteriza por un paisaje karstico modelado por el agua y una exuberante vegetación. Está colgado en una serie de terrazas al margen del Cañón del Ebro y desde el pie de la escalinata que da acceso a sus calles empinadas y empedradas, aparece coronando una gran catarata que nace casas arriba, en la llamada Cueva del Agua. Pocos nacimientos hay tan maravillosos y asombrosos como el de este torrente que, nada más ver la luz, atraviesa el pueblo rápidamente para caer estrepitosamente durante 25 metros y fundirse poco después con el caudaloso río Ebro.


Orbaneja del Castillo
Catarata de Orbaneja del Castillo y escalinata de subida al pueblo
La Cueva del Agua es visitable en verano por tan solo 1,5 euros. Está iluminada con focos colocados estratégicamente que facilitan tu visita hasta el punto donde ya no está permitido pasar a no ser que dispongas de un neopreno y supongo que de un permiso también. Si tienes la suerte de visitar la cueva un día de poca afluencia de visitantes, podrás disfrutar de la sensación única de tranquilidad y relajación que te ofrece la tenue luz y el silencio roto por el sonido del agua de fondo.


Orbaneja del Castillo
Vista del pueblo con paisaje karstico de fondo
Aunque no es una villa monumentalmente destacable, pues su iglesia está muy reformada, su conjunto urbano ha conseguido conservar el encanto y armonía de la arquitectura popular montañesa.  De hecho, es Conjunto Histórico desde 1993.



En conclusión. La Cueva del Agua, el pueblo atravesado por el cauce del riachuelo, la imponente catarata o las piscinas naturales azul turquesa que nos regala antes de perderse definitivamente en el profundo foso de 200 metros excavado por el gran Ebro, consiguen crear un entorno idílico y fotogénico que hará las delicias de los amantes de la naturaleza y la fotografía.

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