lunes, 7 de diciembre de 2015

De cuando descubrimos el
Valle de la Fuenfría


Estas son de las cosas que da vergüenza reconocer, pero parece mentira que, siendo de Madrid, haya descubierto el Valle de la Fuenfría recientemente. Hace unas semanas fue una de esas semanas en las que necesitas una bocanada de aire puro, no tienes planes ni compromisos y además miras el tiempo y te aparece un sol sin nubes y unas temperaturas de lo más templadas para ser otoño. Y es que, este otoño, por lo menos en Madrid no nos podemos quejar porque hemos podido disfrutar de temperaturas en torno a los 20-25º y de ausencia de lluvias hasta finales de noviembre practicamente. 

Tenía todo a mi favor, ahora sólo me quedaba elegir el sitio. ¿Dónde ir? Había muchas posibilidades, pero había que pensar en que ibamos con niños pequeños y muchas zonas de la sierra quedaban automáticamente descartadas.

De repente, hablando con una amiga sobre el tema me dijo que ella iba con sus hijos muy a menudo al Valle de la Fuenfría. La verdad es que me sonaba muy familiar, pero estaba más que segura de que no había estado. Me habló de una explanada bastante grande donde confluían varias rutas: La calzada romana, el Camino de Schmid, la Ruta de los Miradores, etc… Tenía la ventaja de que algunas rutas eran caminos forestales sin demasiada pendiente, por lo que podías dejar más o menos libertad de movimientos a los niños. Ya no había duda, iríamos a pasar el día allí.

Me informé un poco más por internet y encontré este
mapa de rutas de la zona, que también podeis conseguir en el Centro de Educación Ambiental Valle de la Fuenfría. ¿Que más quería?

El sábado madrugamos, como cada sábado cuando tienes niños y como ya habíamos dejado todo preparado el día anterior, estábamos en seguida de camino hacía Cercedilla.



Valle de la Fuenfría
Llegando al Valle de la Fuenfría
En la entrada, hay un guardia forestal que, como el acceso en coche está restringuido a un determinado aforo, en función de donde te dirijas te indica una letra que corresponde a un aparcamiento donde debes de aparcar. Nosotros aparcamos en el “G” (40°46'15.9"N 4°04'06.0"W). Justo delante de la explanada que me habían comentado. 

Realmente, cuando me bajé del coche, me di cuenta de que habíamos acertado totalmente al venir aquí. Nos cogimos las mochilas y nos dirigimos hacia donde comenzaban las rutas, justo al lado del aparcamiento. 


Segunda cosa que tengo que confesar hoy y que también me da bastante vergüenza, porque es un error de novato total, es que, cuando cogí la cámara de fotos me dí cuenta de que la batería seguía cargando en el enchufe de casa. A ver cómo explicas esto con la cara que se te queda y sin que los demás piensen que estás a por uvas. Suerte que las cámaras de los móviles han evolucionado y hacen unas fotos bastante decentes. Al final pude salvar la honrilla y los recuerdos gracias él.


Valle de la Fuenfría
Inicio de la ruta
Puente del Descalzo, Valle de la Fuenfría
Puente del descalzo y señales de las rutas que coinciden en este tramo
Seguimos unos metros por la calzada romana, pasamos por el Puente del Descalzo y después giramos por la derecha por la pista forestal. Pasamos por una valla y seguimos andando al paso que los niños nos permitían, que no era muy rápido, por la pista. 


Puente del Descalzo, Valle de la Fuenfría
Riachuelo que pasa por debajo del Puente del descalzo

No soy capaz de calcular las veces que pudimos parar, si no era por que habían visto una piedra, era un palo y, lo que era peor, setas. Debido al clima humedo de la zona, encontramos un par de niscalos, pero sobre todo Amanitas, ¡que cantidad de ella había en los márgenes del camino! Y ¡qué fiesta montaban cada vez que encontraban una!. También a la altura del puente bajamos hasta el río y nos quedamos un rato haciendo barquitos de madera y viendo como los arrastraba el agua. 


Ruta de los Miradores, Valle de la Fuenfría
Una de las muchas Amanitas que nos encontramos por el camino


Ruta de los Miradores, Valle de la Fuenfría
Camino forestal que nos acompañó todo el recorrido
Nuestra idea era seguir y completar la Ruta de los Miradores, pero pasaban de la una y media y nos quedaba más de la mitad de la ruta por recorrer, así que decidimos volver por donde habíamos venido y comer en las mesas de granito que habíamos visto al lado del aparcamiento.

Una vez de nuevo en la explanada, cogimos una mesa donde desplegar los víveres que habíamos traído. Los niños no estuvieron sentados más de 5 minutos, lo normal. El entorno les llamaba demasiado la atención para quedarse allí quietos, así que anduvieron investigando la zona y subiéndose en enormes rocas que había por allí cerca. 



Valle de la Fuenfría
Entorno de la zona de pic-nic donde se encuentran las mesas de granito

Valle de la Fuenfría
Explanada al lado de la zona de pic-nic y del aparcamiento "G"

Para los que os animeis a acercaros a la zona, deciros que, aparte de las rutas que aparecen en el mapa que os he indicado, cerca de donde aparcamos se encuentra Aventura Amazonia, un centro de ocio en plena naturaleza con varios recorridos, en función de la edad (a partir de 6 años) y la complejidad que quieras, en los que mediante tirolinas, puentes, escaleras y otra serie de pruebas te harán llegar de árbol en árbol y sin tocar el suelo, hasta la meta.

Además si no quieres andar preparando bocadillos el día anterior, también cerca de donde aparcamos está el Hotel Rural Casa Cirilo. Nosotros no hemos estado, pero viendo la carta parece razonable y en Tripadvisor las opiniones en general son buenas.

Aunque el día era bueno, los días en otoño son más cortos y cuando se va el sol comienza a refrescar, así que recogimos pronto, pero como no queríamos volver todavía a casa, se nos ocurrió acercarnos a ver la Silla de Felipe II, que no estaba muy lejos de allí y tampoco la conocíamos.

Según nos acercabamos a la Silla de Felipe II, nos ibamos arrepintiendo de la decisión tomada. Al contrario que en el Valle de la Fuenfría, donde nos habíamos encontrado con la cantidad justa de gente que te permitía disfrutar de un paseo en soledad cruzandote puntualmente con gente, la carretera que nos llevaba hacía la Silla de Felipe II estaba atestada de coches que, al no encontrar sitio para aparcar, se apiñaban en la cuneta de la carretera.  

El caso es que ya estabamos allí, así que aparcamos donde buenamente pudimos y nos dirigimos hacía la silla. Claro, todos los coches habían venido con gente y toda la gente estaba en la misma zona alrededor de la Silla. ¡Había que hacer cola hasta para sentarse en la Silla!. Increible. El probable precioso paisaje que desde allí se podría divisar y disfrutar en silencio y tranquilidad, quedaba eclipsado por la sensación de lugar de peregrinaje y el agobio del gentío que se arremolinaba en torno a la Silla.

Subimos las escaleras hasta la Silla, pero claro, no nos sentamos en ella, simplemente echamos un vistazo a las amplias vistas, nos dimos una pequeña vuelta por las grandes pidras de los alrededores y en seguida decidimos que lo mejor era retirarnos. La bocanada de aire fresco que habíamos ido buscando ese día no la ibamos a encontrar allí. 

Silla de Felipe II
Vistas del Escorial desde la Silla de Felipe II

Silla de Felipe II
Subida a la Silla de Felipe II

Retomamos el camino a casa y nos quedamos con lo bueno, ese Valle de la Fuenfría con tantas opciones para ir descubriendo poco a poco y que, desde ese día quedó marcado en nuestro mapa de zonas de naturaleza donde escapar del bullicio, disfrutar de un paseo en tranquilidad y seguro y atractivo si vas con niños.

sábado, 21 de noviembre de 2015

Marbella, de blanco puro




Pasábamos unos días en Estepona, pueblo al que ya le he dedicado una entrada especial exhibiendo la amplia oferta turística que ofrece y a la que titulé: 



Evidentemente, no todos los días los pasamos entre playa y chiringuitos, como buenos viajeros, hicimos varias visitas a pueblos cercanos para satisfacer nuestra curiosidad viajera. Así que, después de disfrutar de una mañana de playa, decidimos dedicarle la tarde a Marbella. Descartamos parar en el archiconocido Puerto Banús porque ya lo conocíamos y, a parte de un puerto con grandes yates, algún coche llamativo de vez en cuando y restaurantes con comerciales en sus puertas intentando captar clientes desde las 6 de la tarde, no hay mucho más que ver. 


Pero Marbella es otra cosa y la pureza interior que aun conserva, se merece una entrada en exclusiva dentro de los pueblos con encanto que tiene este blog. 


Plano de Marbella
Plano de Marbella en Plaza del Santo Cristo


Para llegar a Marbella desde Estepona, no merece la pena coger la autopista de peaje, cuesta unos 5€ y con el nuevo túnel de San Pedro de Alcantara, ya no hay los atascos que se formaban antes para atravesar el pueblo. San Pedro tampoco tiene gran cosa, pero nosotros en más de una ocasión hemos dejado el coche en los aparcamientos que hay en el mismo paseo marítimo y siguiendo la costa hemos llegado andando hasta Puerto Banús. El paseo es muy agradable y sólo pierdes de vista el mar unos pocos metros. 



Llegados a Marbella dejamos el coche en el parking que hay justo detrás del Parque de Alameda (36°30'30.7"N 4°53'09.9"W) en el que además si eres socio de La Mutua te hacen un 10% de descuento en el precio de la estancia.

Avenida del Mar, Marbella
Avenida del Mar
Según sales del aparcamiento, te encuentras en una calle peatonal que comienza en el parque de Alameda y desemboca en el paseo marítimo, conocida como Avenida del Mar. Esta amplia avenida, está salpicada de fuentes y alberga en su eje principal una colección permanente de estatuas de nuestro genial artista Salvador Dalí. Es un buen lugar de encuentro y un espacio muy agradable para sentarse y pasar un rato observando las estatuas y la cantidad de gente que pasa por ella.

Nosotros comenzamos nuestro caminar en sentido contrario al paseo marítimo. Nos adentramos en la Marbella tradicional e incorrupta. Donde todavía puedes disfrutar de calles estrechas, casas blancas y rincones que reflejan la Marbella profunda y devota.

Subimos hacia la Plaza de los Naranjos donde podremos ver el Ayuntamiento, la Casa del Corregidor y la Ermita de Santiago. Además de estos edificios reseñables, lo que destaca de esta preciosa plaza rectangular dominada por el blanco de los edificios y el verde de los naranjos, es que está tomada por las terrazas de los multiples restaurantes que hay en los bajos de los edificios que la delimitan. Lo que siempre me ha llamado la atención de esta plaza es que, aunque sus mesas estén a rebosar de gente cenando, lo más que vas a oir es un discreto murmullo.

Plaza de los Naranjos
Plaza de los Naranjos y Ermita de Santiago

Plaza de los Naranjos
Plaza de los Naranjos y Casa del Corregidor

Virgen de los Dolores, Marbella
Calle Virgen de los Dolores


Salimos de la plaza por la calle Panadería y luego giramos a la derecha. Cuando ya no puedes seguir recto tienes dos opciones. O giras a la derecha y subes unas escaleras que te ofrecen una bonita panorámica de la Plaza de los Naranjos y alrededores o giras a la izquierda y sigues por la calle Virgen de los Dolores, donde podrás ver al fondo y en un primer piso una imagen de la Virgen en un balcón. Esta zona, a pesar de estar atestada de restaurantes, terrazas y turistas, tiene mucho encanto y rompe totalmente con la zona nueva que va desde la Avda. de Ricardo Soriano hacia la playa. Nosotros seguimos por la calle Ancha hasta la plaza del Santo Cristo y una vez allí decidimos volver a callejear por las calles colindantes a la Plaza de los Naranjos.







Virgen de los Dolores, Marbella
Calle tipica de Marbella perpendicular a la Calle de Virgen de los Dolores

Iglesia de Ntra. Sra. de la Encarnación, Marbella
Iglesia de Ntra. Sra. de la Encarnación
desde la escalinata
Evidentemente subimos por la escalinata que sale de la calle del Carmen para hacer una foto de la panorámica que desde allí se veía e intentamos, sin éxito, callejear por esa zona por si hubiera algún mirador por allí que nos brindara otra panorámica desde las alturas. Después de un rato decidimos regresar por donde habíamos subido y seguir toda la calle del Carmen hasta la Plaza de la Iglesia en la que se encuentra la Iglesia de Ntra. Sra. de la Encarnación. Aprovechamos que estaba abierta para entrar, pero personalmente me llamó más la atención su exterior por su tamaño y su altura, que su interior.

Recorrido prácticamente todo el casco urbano de Marbella llegaba la hora de cenar y teníamos claro donde ibamos a ir. Así que atravesamos el Parque de la Alameda y bajamos por la Avenida del Mar hasta llegar al paseo marítimo.




Playa de Marbella
Playa de Marbella camino al Puerto Pesquero

Una vez allí giramos a la izquierda y seguimos caminando hasta el final. El paseo marítimo desemboca en el puerto pesquero de Marbella y en él hay una serie de restaurantes donde comer un pescado fresco y bien cocinado a precios no Marbellies. Allí hemos ido en multitud de ocasiones y esto nos ha permitido probar varios restaurantes de la zona y sin duda hay que cenar en El Luca. Sus sardinas al limón, sus calamares fritos o su adobo no tienen comparación. Las raciones son abundantes y la relación calidad-precio es excelente. Si no encontrais hueco en este, siempre podeis intentarlo en El Cañizo. También es buena opción, además tienen la barbacoa donde hacen los espetos y otros pescados justo al lado de la terraza, así puedes disfrutar del reconfortante olor a leña durante toda la cena. Terminar la visita a Marbella cenando en cualquiera de estos dos restaurantes es un buen broche para finalizar el día, pero si no tienes que coger el coche, ya que suele haber controles de alcoholemia entre San Pedro de Alcántara y Estepona, muy cerca de aquí, hay un chiringuito donde tomar unas buenas copas en un ambiente Chill-out muy conseguido.

Puerto Pesquero de Marbella
Zona de restaurantes del Puerto Pesquero de Marbella
Hasta aquí mi entrada sobre Marbella para aquellos que no la conocen y que sólo la asocian con el papel couché, las fiestas exclusivas y los famosos. Para que se animen a hacerla una visita y saboreen y descubran la Marbella pura y blanca que hay en el interior.

Si también te gusta esta Marbella del post, si vas a visitarla en breve o quieres más información, deja un comentario, me gustaría saber de ti.



miércoles, 21 de octubre de 2015

Ronda, capital de la Serranía

Nuestra última visita a Ronda fue este verano. Pasábamos unos días en Estepona y desde allí arrancamos varias visitas a sitios de interés por la zona. Cierto es que, Agosto no es el mejor mes para descubrir los pueblos del interior de Andalucía, pero la sola idea de malgastar una semana de vacaciones entre playa y chiringuito nos animó a adentrarnos en varios pueblos de interior, como fue el caso de Ronda. Un pueblo situado en plena serranía, a unos 75 km de Estepona, poco más de hora y cuarto de viaje. 

Plaza del Socorro, Ronda
Plaza del Socorro

Desde Estepona, tomamos la carretera dirección San Pedro de Alcantara. Hasta ahí todo bien y recto, pero desde allí hay que tomar una desviación para coger la A-397, que nos deja en la misma puerta de Ronda pero vaya tela con la carretera. Recordaba que tenía curvas, ¡pero no tantas!. Si que es cierto que, cuanto más te adentras, más bonito es el paisaje, pero la carretera también es más zigzagueante y tortuosa.


Íbamos con la idea de dejar el coche en el aparcamiento de la Virgen del Socorro, en la Plaza del Socorro, pero poco antes de llegar encontramos un hueco en la calle, así que dejamos el coche en la calle Molino (36°44'38.9"N 5°09'58.7"W). La Plaza del Socorro es una de las más concurridas de Ronda. Está presidida por la Iglesia del Socorro y el Círculo de Artistas, dos edificios que junto a la fuente central le aportan un encanto especial a la plaza y es un gusto disfrutar de las vistas mientras se toma algo en sus terrazas.


Mirador de la Aldehuela, Ronda
Mirador de la Aldehuela

Una vez aparcado el coche, lo primero que hicimos fue acercarnos a la Alameda del Tajo, un precioso paseo arbolado, al final del cual, nos encontramos unos de los miradores más populares de la ciudad: el Mirador de la Aldehuela o el famoso “Balcón del Coño”. Cuando te asomas a él nadie tiene que explicarte el por qué de que haya sido re-bautizado con ese nombre. Las vistas sobre la garganta, el Puente Nuevo y la serranía son impresionantes.


Desde allí, nos acercamos a la Plaza de Toros. Siendo ésta la más antigua y más grande del mundo, era una de las visitas obligatorias. Te guste o no la tauromaquia sabrás apreciar su belleza.


La entrada cuesta 7 € e incluye el acceso al museo de tauromaquia. Realmente la plaza de toros es impresionante, pero hacer la visita completa lleva mucho tiempo y se nos hizo un poco larga. Sería buena idea tener una entrada reducida que te permitiera el acceso sólo a la plaza.



Plaza de Toros, Ronda
Plaza de Toros

Puente Nuevo, Ronda
Puente Nuevo
Nuestro siguiente objetivo era hacer otra de las típicas fotos del Tajo de Ronda, y que mejor lugar que desde el mirador que hay junto al Parador, todavía en la parte nueva. Es una de las fotos más típicas de Ronda después de la más conocida hecha desde el fondo del mismo valle.


Si estás interesado en disfrutar de esta popular vista, deberás de bajar por la Cuesta del Cachondeo hasta los Molinos del Tajo. Si teneis ocasión, os recomiendo una ruta de senderismo de 3 km, Ronda – Asa de la Caldera – Los Molinos (SL-A 38). Tiene unas vistas formidables del Tajo y de todo el valle del Guadalevín. Nosotros esta vez nos conformamos con las vistas desde el Parador.



Ahora tocaba atravesar el Puente Nuevo construido sobre el “Tajo de Ronda” de mas de 100 metros de profundidad y dirigirnos hacia la parte antigua, la antigua medina árabe. En esta zona del Ronda, cada calle que recorres y cada esquina tienen el encanto de los pueblos andaluces además de estar salpicada de monumentos. Esta parte es un monumento en sí. Pero, aunque sea dificil de creer, Ronda aun no está considerada Patrimonio de la Humanidad. Supongo que será cuestión de tiempo, pero creo que por su ubicación, su historia, su legado cultural, etc… es más que merecedora desde hace muchos años.

Iglesia de Nuestra Señora de la Paz, Ronda
Iglesia de Nuestra Señora de la Paz
Según cruzamos el puente a nuestra izquierda vemos el Convento de Santo Domingo, hoy el Palacio de Congresos de la ciudad. Nosotros nos metimos por la derecha por la calle Tenorio para ver la Casa de Don Bosco y la Iglesia de Nuestra Señora de la Paz.

El primero es un palacete modernista de visita recomendable (sólo 2€) para ver su decoración con bellos azulejos de evocación nazarí y su precioso jardín desde donde puedes disfrutar de unas amplias vistas a la serranía.

La Iglesia de Nuestra Señora de la Paz está recogida en un rinconcito de una pequeña plazoleta de nombre Plaza Beato Diego Jose de Cádiz y personalmente me parece que merece la pena acercarse aunque sea a verla por fuera. Es una iglesia muy original por su asimetría y por su decoración exterior.




Volvemos sobre nuestros pasos y retomamos el paseo dirección Palacio de Mondragón o el Museo de Ronda. Personalmente, si tuviera que elegir una visita entre todos los monumentos de Ronda, tendría mis dudas entre este y el Palacio del Rey Moro. Cada uno tiene su encanto, pero este está mejor conservado y personalmente sus jardines me gustan más. Son 3€ más que bien invertidos.


Palacio de Mondragón, Ronda
Palacio de Mondragón
Palacio de Mondragón, Ronda
Jardines del Palacio de Mondragón
Fue construido en 1314 en tiempos del Rey Abomelik y posteriormente fue utilizado como residencia de los Reyes Católicos. Tiene unos jardines excepcionales de marcado carácter nazarí, con sus características fuentes, arcos y azulejos que bien se merecen un paseo y disfrute en tranquilidad.

Además, a parte de la visita del Palacio y sus jardines, se puede visitar el museo arqueológico permanente de la ciudad, donde podemos encontrar tumbas romanas y árabes, reproducciones de las cuevas donde vivían los prehistóricos…

Seguimos nuestro caminar hacía los límites de la ciudad, pasando por el Convento de Santa Isabel hasta la Puerta de Almocabar, la puerta de acceso sur a la ciudad. Desde allí podemos contemplar las antiguas murallas árabes.

Puerta de Almocabar, Ronda
Puerta de Almocabar

Ronda, debido a su posición estratégica en la serranía y en su vertiginoso tajo, sumado a sus murallas, podemos entender por qué Ronda fue una de las ciudades más inexpugnables de Andalucía.

Llegado a este punto, tocaba reponer fuerzas. Ya habíamos intentado, sin éxito, recordar donde estaba un bar donde habíamos comido años atrás. Era un local muy característico porque sus paredes estaban totalmente cubiertas por imágenes enmarcadas de vírgenes. En el local se vendían una especie de molletes rellenos de lo que quisieras y que estaban exquisitos. Creíamos recordar que estaba cerca de la Plaza de Toros, pero, hacía mucho calor, estábamos en la punta opuesta y no nos apetecía deambular sin destino por si sonaba la flauta.  Tampoco recordábamos su nombre, por lo que ni siquiera pudimos preguntar por él, así que decidimos buscar una alternativa.


Casa María, Ronda
Casa María
No lo tuvimos difícil. Habíamos oído hablar muy bien de Casa María, muy cerca de donde nos encontrábamos, así que allí nos dirigimos. Está en la Plaza Ruedo Alameda 27, la misma plaza que nos encontramos de frente cuando atravesamos la Puerta de Almocabar.

Es un concepto original de restaurante. En Casa María no hay carta, tu eliges la bebida y ellos ponen la comida. El precio por persona suele rondar los 25€. La calidad es buenísima, la cantidad más que suficiente, la presentación cuidada y el trato muy familiar. Además suelen tener un detalle con el cliente, a nosotros nos regalaron una botellita de aceite.

Al final nos alegramos de no haber encontrado el bar en el que comimos hacía unos años. Probar cosas nuevas en esta ocasión fue todo un éxito. Eso sí, si teneis idea de ir, reservad primero porque nosotros tuvimos suerte, pero suele estar a rebosar.

Después de comer, retomamos nuestra visita a la vez del regreso al coche. Nuestra primera parada fue la Plaza de la Duquesa de Parcent, antigua Plaza Mayor de la ciudad. Otra plaza neurálgica en la vida de Ronda, donde también podemos encontrar varias terracitas para disfrutar de un merecido descanso.


Colegiata de Santa María la Mayor, Ronda
Colegiata de Santa María la Mayor
Esta plaza está limitada por la Colegiata de Santa María la Mayor, la Casa Consistorial o sede del Ayuntamiento de Ronda y el Convento de Santa Isabel de los Angeles, tres monumentos que le dan a esta plaza un aire señorial y que junto con sus cuidados y frondosos jardines centrales presididos por una modesta escultura del busto de Vicente Espinel, poeta, músico nacido en Ronda la convierten en el sitio ideal para hacer un alto en el camino y disfrutar del canto de los pájaros que habitan en los árboles y cuya frondosidad nos permite situarnos fuera del alcance de los rayos del sol que en los días como hoy no dan tregua. Arropados por la sombra que nos regalaban los árboles de la plaza fuimos visitando los monumentos que la rodean uno a uno.

Plaza Duquesa Parcent, Ronda
Plaza Duquesa Parcent con la Casa Consistorial de fondo
Según entramos en la plaza, a nuestra izquierda, el edificio del Ayuntamiento. Fácil de reconocer por la arquería de su amplia fachada que ocupa un lateral completo de la plaza. En su fachada se pueden distinguir dos escudos: el de Ronda y Cuenca, ciudades hermanadas desde 1975, quizá debido a que ambas ciudades comparten sus construcciones al limite de precipicios de infarto.

De frente, la Colegiata de Santa María la Mayor. Una imponente iglesia construida por los Reyes Católicos encima de una antigua mezquita. Nosotros no la visitamos por dentro, porque el tiempo apremiaba y aun nos quedaba la por visitar la "joya de la corona".

Y a la izquierda, en el lateral opuesto al ayuntamiento, el Convento de Santa Isabel de los Angeles, un edificio del siglo XVI.

Palacio del Rey Moro, Ronda
Deteriorada fachada del
Palacio del Rey Moro
Salimos de la plaza dirección al Puente Viejo. Si teneis tiempo, es el momento de visitar el Museo del Bandolero. Si hay un lugar donde debería haber un Museo dedicado a estos personajes, este es sin duda Ronda, ya que esta serranía ha sido refugio de bandoleros especialmente durante el siglo XIX. Si tienes tiempo, por 3.75€ puedes disfrutar de este museo tan original.

Nos desviamos un poco de nuestra ruta hacia el Puente Viejo para ver el Museo Lara y el Palacio del Rey Moro. Hace años visitamos el Museo Lara, pero en esta ocasión, decidimos que no ibamos a repetir. La entrada son 4€ y lo más curioso de la visita la sala dedicada a la brujería y la Inquisición, pero no merece mucho la pena. 

Si que repetimos visita al Palacio del Rey Moro y la Mina. Son 5€, pero de verdad que lo recomiendo. Como en el Palacio Mondragón y la Casa de Don Bosco, una vez más destacan sus jardines (del mismo arquitecto que diseñó el Parque de María Luisa de Sevilla, aunque un poco dejados), pero lo que nos empujó a repetir visita fue la Mina de agua, ya que el palacio necesita una restauración rápidamente. Sólo la visita a la Mina, merece esos 5 € que cuesta la entrada. La bajada impresiona por lo empinado y longitud del trayecto. No contamos los peldaños, pero dicen que es un descenso de unos 60 metros hasta llegar al río Guadalevín. Como podréis imaginar, esta “Mina de agua” ha alimentado muchas leyendas en el pasado, pero la realidad es que en el siglo XIV se usaba como fuente de agua limpia para abastecer a los rondeños y eran los esclavos, quienes en forma de cadena humana iban subiendo el agua desde el fondo del valle hasta la superficie.

Mina de Agua  del Palacio del Rey Moro, Ronda
Bajada de la Mina de Agua
del Palacio del Rey Moro

Mina de Agua del Palacio del Rey Moro, Ronda
Mina de Agua del Palacio del Rey Moro

Puente Viejo, Ronda
Puente Viejo
Terminada nuestra visita al Palacio y la Mina, nos dirigimos al Puente Viejo, que fue el Puente Nuevo hasta el s. SVIII que se construyó el ahora llamado Puente Nuevo. No está claro si fue construido por los romanos o por los árabes, el caso es que por diferentes causas ha sido reconstruido en más de una ocasión y más recientemente se han añadido unos balcones para disfrutar de una mejor perspectiva del puente y sus alrededores.

A escasos metros después de cruzar el Puente Nuevo se encuentra la famosa Fuente de los Ocho Caños. Fue construida durante el reinado de Carlos III y consta de dos frentes, uno que contiene los ocho caños que dan su nombre y el otro que se alimenta del agua sobrante del primero y que era utilizado como abrevadero para los animales.

Volviendo ligeramente sobre nuestros pasos llegamos a los Jardines de Cuenca, construidos a finales de los setenta y dedicados a su ciudad hermana, Cuenca.


Jardines colgantes de Cuenca, Ronda
Jardines colgantes de Cuenca
Estos jardines son uno de los rincones más bonitos de la ciudad y desde los que se puede contemplar una preciosa panorámica con algunos de sus principales monumentos como: el Puente Nuevo, el Palacio del Rey Moro, El Convento de Santo Domingo o el Puente Viejo.


Aunque ya estábamos demasiado agotados para recorrerlos al completo, si que, desde sus terrazas pudimos disfrutar de una perspectiva nueva de la ciudad y de un rato de descanso antes de dar por finalizada nuestra visita a la siempre sorprendente y original Ronda. 


Jardínes colgantes de Cuenca, Ronda
Panorámica desde los Jardínes colgantes de Cuenca
A continuación os dejamos un plano con el itinerario seguido durante la visita, dibujado encima del plano que podeis descargar de la página de turismo de Ronda, por si os puede ser de ayuda. 



domingo, 6 de septiembre de 2015

Estepona o el pueblo de las mil oportunidades


En los últimos años, he tenido la oportunidad de visitar Estepona en varias ocasiones y cada vez que la he estado allí he podido comprobar que su oferta turística ha ido aumentando rápidamente ofreciendo una Estepona cada vez más atractiva al visitante para cualquier época del año.

Calle típica Estepona

Una calle típica del centro

Quizá no es un pueblo monumentalmente destacable, pero su casco antiguo se presenta ante tus ojos con el encanto típico andaluz de casas cuidadosamente encaladas y adornadas todas ellas con flores.

Si su interior es un lienzo blanco salpicado por los vivos colores que le dan los geranios y buganvillas y con cierto aroma a dama de noche, su paseo marítimo huele a moragas, sardinas en espeto y a mar.


Plaza de las Flores
Plaza de las Flores
Los habitantes de Estepona, están muy orgullosos y son grandes defensores de los productos locales. En cualquier calle, rincón, plaza, en el mismo paseo marítimo o en el puerto, puedes encontrar buenos restaurantes y tascas donde degustar buenísimos y frescos “pescaitos” de la zona, así como buenas tapas y raciones si solo queremos algo para acompañar nuestra bebida.
Moraga en la playa de La Rada
Moraga en la playa de La Rada
Particularmente, destacaría positivamente, no sólo por la relación calidad-precio de su carta, sino por la atención recibida y su ubicación en la acogedora calle Caridad, la Taberna de Miguel. Aunque también la Taberna de Lucía, ya sea la del puerto o la de la calle Real o El Chiringuito de Paco, en el paseo marítimo son buenas elecciones. Si tienes debilidad por los mejillones, te recomiendo un pequeño local que acaba de abrir sus puertas hace unos días al final de la calle Real: La Mejillonera. En él podrás degustar los mejillones de todas las formas que se te puedan ocurrir. Recomiendo especialmente los mejillones al cava.

Puerto de Estepona
Puerto de Estepona

Además, aunque Estepona no es un lugar que destaque por su agitada vida nocturna, si por la noche nos apetece tomar una copa tenemos varias opciones: tanto al final de la calle Real, como en los últimos chiringuitos de la playa dirección Marbella (Blue Dolphin Beach Club o Bikini Beach) o también en el puerto, en el archiconocido Reinaldo, que sigue siendo un punto de referencia en las noches de Estepona y es difícil no encontrarlo a rebosar de gente tanto dentro como fuera del local.

La playa principal de Estepona, La Rada, es distinguida año tras año con su bandera azul. Es una playa ancha y sus casi 3 kilómetros de longitud te permiten disfrutar de la primera línea de playa casí cualquier día del año. Aunque en la orilla tengamos una banda de cantos rodados y un pequeño escalón que nos fuerza a una entrada rápida y dificulta pasear por su orilla, el resto es de arena fina y blanca.


Playa de la Rada
Playa de la Rada

Si vamos andando hacia el puerto, justo antes de llegar nos encontramos un espigón y al otro lado una diminuta cala de agua limpia y transparente, especialmente indicada para los días de levante en los que aunque el agua no está tan fría, suele traer algas y no estar tan transparente como en los días de poniente. Para los días de poniente el otro lado del espigón es el mejor lugar para darse el chapuzón.


Playa del Cristo
Playa del Cristo

Aunque la playa de Estepona que más me gusta es la Playa del Cristo, al otro lado del puerto. Es una playa pequeña y recogida con muy poca pendiente en su entrada, ideal para ir con niños y desde donde se puede disfrutar del sol hasta última hora del día. Casi todo el mundo que va allí lo hace en coche y en fines de semana de verano puede ser difícil aparcar y encontrar un hueco suficientemente amplio para no tener la sensación de que tu espacio vital está siendo invadido.


Parque de la Constitución
Parque de la Constitución

 Si veraneas con niños, esta playa no es lo único que les va a hacer disfrutar. A lo largo del paseo marítimo puedes encontrar camas elásticas, trampolines, castillos de bolas, castillos inflables, barcos de choque, un tren turístico que da una vuelta por el pueblo durante una media hora y cada actividad por unos 2 ó 3 €. Además, no sólo en el paseo marítimo, sino en cualquiera de sus cuidados y tranquilos parques: el Parque del Calvario, de la Constitución o del Carmen, así como salpicados entre cruces de calles, podremos encontrar una gran cantidad de columpios para todas las edades.
 
Museo Paleontológico de Estepona
Museo Paleontológico de Estepona 

También, en época estival, en la plaza de toros encontraremos el cine de verano u otras propuestas culturales como obras de teatro, exhibiciones de doma de caballos andaluces… Es en la misma plaza de toros donde se encuentran los museos municipales: etnográfico, taurino y paleontológico (con varias reproducciones a escala real de esqueletos de dinosaurios que en algún momento habitaron en la península).

Si te atrae más la fauna Marina, nada puede ser más apetecible que un paseo en lancha para avistamiento de delfines y otras especies marinas que, dada la cercanía del estrecho de Gibraltar, suelen dejarse ver a menudo por la zona. Esto es posible contratarlo en el Puerto o en el chiringuito Blue Dolphin Beach Club.


Puente colgante y tirolina Selwo Aventura
Puente colgante y tirolina Selwo Aventura

También en el Puerto se pueden alquilar yates con o sin patrón para pescar o para pasar unas horas en alta mar. Es una experiencia muy divertida y si se va en grupo el precio es muy asumible.

Si nos alejamos del centro de Estepona, pero aun dentro de su término municipal, encontramos el Parque Selwo Aventura. Un centro donde podemos observar animales en semilibertad y en condiciones similares a su hábitat natural. El recorrido se hace a pie y en ocasiones en todoterreno como si de un safari en Africa se tratara. Tendremos la ocasión pasar por un puente colgante, tirarnos por la tirolina fija más larga de Europa… o incluso pernoctar allí en su hotel formado por cabañas que replican las construcciones de los poblados Masai y Watu. 

¿Qué es lo último que se ha unido a esta amplia oferta turística que ofrece Estepona? El 28 de marzo de este año se ha inaugurado al final de la calle Terraza el mayor Orquidario de Europa. Está construido en dos alturas y bajo tres bóvedas transparentes y rodeado de una amplia superficie ajardinada en la que destacan tres Baobabs. La entrada es gratuita y el paseo es agradable aunque como yo, no tengas suerte de coincidir con la mejor temporada para deleitar tu vista con las orquídeas en todo su esplendor.


Alrededores del Orquidario de Estepona
Alrededores del Orquidario de Estepona

 Lo que más me sorprendió de la visita fueron las paredes verticales cubiertas de orquídeas, plantas carnívoras y otras especies vegetales que acompañan tu descenso por la rampa hasta la planta inferior. Es en estas paredes es donde mejor han conseguido las condiciones optimas para el crecimiento de las especies allí ubicadas. En otras partes del Orquidario, creo que aun tienen que hacer algunos ajustes para encontrar el equilibrio entre el riego y la humedad que necesitan las especies introducidas en esta armónica composición vegetal.
 
Orquidario de Estepona
Orquidario de Estepona 








Hasta aquí, como ves, la oferta turística de Estepona es más que completa, sin tener en cuenta escapadas diarias que puedes hacer a pueblos cercanos como Marbella, Ronda, Tarifa, Mijas y que ya os contaré muy pronto en la sección de itinerarios. Pero…¿Puede añadir Estepona más valor turístico a su oferta? Por supuesto que sí. Proximamente está prevista la inauguración de Dinopark, un parque temático sobre dinosaurios dentro del recinto del centro de actividades de aventura Geo-Park, en la zona de Los Pedregales. Parece que está prevista la instalación de replicas de dinosaurios a escala real y se complementarán con actividades interactivas, un centro de interpretación y espectáculos basados en esta temática.

Después de lo visto, creo que Estepona bien se merece una pausada visita. Si os he despertado el hormiguillo viajero dirección Estepona, os aseguro que no quedareis defraudados.