domingo, 27 de marzo de 2016

Toledo imprescindible (DIA 1)



Hacía varias semanas que estaba preparando un viaje a Toledo para celebrar un aniversario. El viaje consistía en un fin de semana romántico en Toledo incluyendo Hotel con encanto, ruta nocturna guiada por los Mitos y Leyendas Toledanos y visitas imprescindibles por el Toledo conocido y desconocido.

De repente, una decisión de último momento. El fin de semana prometía buen tiempo y decidimos hacer una escapada relámpago y adaptar la guía que había preparado al tiempo de que disponíamos ya la Ciudad de las Tres Culturas.

Capital de España hasta el s.XVI y bautizada por los romanos hallá por el 192 a.C., Toletum se construyó sobre las ruinas de Carpetana y desde entonces muchas civilizaciones han pasado por ella dejando su legado cultural y arquitectónico: judíos, musulmanes, visigodos...

Pero fue en el s. XI, cuando Alfonso VI reconquistó Toledo, cuando se convirtió en la capital de la tolerancia, una ciudad donde cristianos, musulmanes y judíos convivían y mantenían sus costumbres. Por ello fue denominada la Ciudad de las Tres Culturas.

Toledo está cuidada y limpia y los edificios más modernos han mantenido la estética de la calle y camaleónicamente se han fusionado con el resto. Caminar por ella es hacer un viaje en el tiempo y aterrizar en plena Edad Media.

DIA 1 > 11:30

Entramos en Toledo desde la A-42 y bordeamos toda ella por el Paseo de Cabestreros y la Carrera de S. Sebastian para subir por la calle Los Descalzos y girar por la calle del Tránsito hasta llegar al Hotel San Juan de los Reyes.



Foto de la fachada tomada de la web del Hotel 

Este hotel fue inaugurado en 2003 y es un edificio considerado Bien de Interés Cultural, ya que está reconstruido conservando la fachada de una antigua fábrica de harinas. La decoración es moderna y las habitaciones son amplias y cómodas. Nosotros nos quedamos en la Doble Deluxe con Jacuzzi y balcón (de vez en cuando hay que darse un caprichito). Después de una caminata por las cuestas de Toledo os aseguro que se agradece este impás de tranquilidad y relajación.

El hotel en general me gustó bastante, si hubiera que ponerle algún pero, os diría que el restaurante no está bien aislado de la recepción (lo único que les separa es una cristalera que le da un aire muy moderno y más amplitud al lugar) y si entras o sales en horario de comidas hay un cierto olor en toda la zona desde la recepción hasta los ascensores. Por otro lado, el desayuno buffet, incluido en el precio de la habitación, me pareció una oferta poco variada para un hotel de 4*.

Después de subir a dejar nuestra maleta, nos fuimos a dejar el coche en el aparcamiento de Sto. Tomé (unos 200m del hotel), ya que en las plazas libres que quedaban en el hotel eran muy pequeñas para nuestro coche. El parking de Sto. Tomé es grande y amplio, el único problema es que algunas plazas son dobles y te obligan a dejar las llaves del coche al responsable del mismo. No nos hizo mucha gracia, pero no nos quedaba más remedio.

Ahora si que estábamos preparados para empezar nuestra ruta imprescindible por Toledo y por cercanía, evidentemente la empezaríamos por la Puerta del Cambrón.

DIA 1 > 12:30h
La Puerta del Cambrón, que por muy mal que suene le debe su nombre a un arbusto espinoso que debía de crecer en sus inmediaciones es una de las entradas de la ciudad. Fue profundamente reformada en el s.XVI y con la reforma perdió el encanto de construcciones anteriores.



Monasterio de San Juan de los Reyes desde la Puerta del Cambrón
Justo al lado nos encontramos con el Monasterio de San Juan de los Reyes. Un templo auspiciado por los Reyes Católicos para conmemorar la victoria en la Batalla de Toro de las tropas castellano-aragonesas contra el rey de Portugal, lo que daba vía libre a su reinado.

Lo que más llama la atención son las cadenas que muestran en sus muros exteriores y que simbolizan la liberación de los prisioneros cristianos que los Reyes Católicos rescataron de manos musulmanas durante la Guerra de Granada.



Todo el edificio está repleto de motivos y simbolismo que en una simple visita nos perderíamos. Es recomendable volver con más tiempo y hacer una visita guiada a este monumento.



Desde aquí tenemos la posibilidad de bajar hacia el Puente de San Martín, Monumento Nacional y uno de los miradores más bonitos de Toledo, pero nosotros preferimos seguir adelante y evitarnos esa bajada que a la vuelta es un rompepiernas y sólo acabábamos de empezar.



Seguimos por la calle Reyes Católicos y en el cruce con la calle del Angel descubrimos un rincón singular. Justo a continuación del Monasterio se encuentra la Escuela de Artes y Oficios


DIA 1 > 13:15


Nuestra siguiente parada era la Sinagoga de Santa María la Blanca, que junto con la Sinagoga del Tránsito son las dos muestras que quedan en Toledo de las diez que parece que llegó a tener. Son dos de los mejores ejemplos de arquitectura religiosa hebrea que hay en la península y por tanto dos de las visitas imprescindibles que vamos a hacer.

La entrada cuesta 2.5€ y merece la pena visitarla porque es un claro ejemplo de la apertura del pueblo sefardí a incluir en sus construcciones motivos de otros cultos de otras comunidades con las que convivía. Esta Sinagoga es un caso de influencia de Mudejar Toledano y la primera impresión que tienes según accedes a ella, es de estar en una mezquita.


Interior de la Sinagoga de Sta. María la Blanca
DIA 1 > 13:45. 

Ahora tocaba la segunda visita imprescindible de la escapada y no podía ser otra que la Sinagoga del Tránsito. Entramos y la señora de la caja donde se sacaban los tickets nos dijo que si esperabamos un poco, a partir de las 14h la entrada era gratuita, así que decidimos esperar.

Mientras tanto nos acercamos al Mirador de los Jardines del Tránsito y luego se nos ocurrió acercarnos a la Casa del Judío, dentro de la ruta de Toledo desconocida. Estaba a unos metros rodeando la Sinagoga por la parte de atrás. No hubo suerte, cuando llegamos estaba cerrada, así que volvimos porque ya eran más de las dos.

La Sinagoga del Tránsito o de Samuel ha-Levi es la mejor conservada de la Peninsula Ibérica y la riqueza decorativa de cada rincón impresiona a todo el que la visita. El techo es una impresionante armadura de maderas entrelazadas y la parte superior de los muros se abren unas pequeñas ventanas de yesería muy trabajada y con clara influencia nazarí. Todo el rico interior, en el que podemos encontrar textos del Exodo, decoraciones vegetales y una cenefa decorativa policromada, contrasta con la austeridad que presenta el edificio desde el exterior. Parece que esto es debido a la prudencia que aconsejaban las normas sobre la construcción de sinagogas de las Partidas de Alfonso X, así como de la influencia de la arquitectura hispanomulsulmana que ya hemos comentado anteriormente había afectado al pueblo judío.





Interior de la Sinagoga del Tránsito
DIA 1 > 14:30. 

Se acercaba la hora de comer y nos dirigimos hacia el famoso Bar Ludeña, en la Plaza de la Magdalena con la inocente esperanza de encontrar un hueco donde poder comer.

En nuestro camino hacia el Bar aprovechamos y fuimos pasando por la Iglesia de Santo Tomé (donde se encuentra la famosa obra de El Greco "El entierro del Señor de Orgaz"), la Iglesia del Salvador y ya llegando, en una calle que desembocaba en la Catedral, nos encontramos a un músico interpretando música Sefardí con un extraño instrumento. El ambiente que creaba, hacía que mucha gente se parara a escucharle.

Llegados a la Plaza de la Magdalena, y viendo que todo Toledo y parte de los turistas estaban allí decidimos buscar una alternativa rápida. Se estaba haciendo tarde y había que encontrar algo rápido. Fuimos a la calle Sillería, que parte de la Plaza de Zocodover y preguntamos en el Restaurante Dragos, pero ya no había sitio y el menú de la Taberna el Gallo (una buena opción para comer en Toledo también) no nos gustaba mucho. Estábamos empeñados en comer Sopa Castellana y Carcamusas, así que nos fuimos por la calle Cordonerías y seguimos por la calle Hombre de Palo, donde hay mucho donde elegir y nos decidimos finalmente por La Tarasca. Es un sitio pequeño, pero mientras nos tomabamos una caña y unas Ali Oli nos hicieron un hueco. Pedimos la sopa castellana y las migas de primero y las carcamusas y un guiso de ciervo de segundo. Tanto la relación calidad-precio como la atención fueron muy buenas.



Después de comer nos fuimos a descansar un rato al Hotel.

DIA 1 > 19:00

Después de disfrutar de una buena siesta y un relajante baño en el jacuzzi de la habitación, salimos para hacer una pequeña ruta nocturna.





Callejón del Infierno


Callejeamos un poco hasta la Iglesia de San Ildefonso o de los Jesuitas, donde merece la pena subir al campanario para disfrutar de sus vistas de Toledo. Luego no dirigimos a la Catedral Primada, aunque no lo parezca, la segunda de España en cuanto a dimensiones después de la de Sevilla. Ya no estaba abierta, así que no la visitamos y tampoco subimos a ver la Campana Gorda, una de las campanas más grandes del mundo, pero callejeamos un poco por sus alrededores, especialmente por unos callejones muy peculiares, el Locum, el Diablo y el Infierno, que te llevan a pensar en un Toledo oculto y esotérico. De hecho nos encontramos por esa zona con una de las tantas visitas guiadas que os encontrareis por Toledo, sea la hora que sea aunque esteis en el callejón que creais más perdido e inaccesible, y escuchamos a la guía hablar de unas fotos o no se qué, que luego aparecían unas cabezas de niños... no quise oir más, sólo eso ya me puso los pelos de punta. 


Desde aquí ya tiramos hacia la Plaza de Zocodover. Por la mañana no nos habíamos parado ni a verla, así que ahora le dedicamos unos minutos. Es una plaza muy bonita y colorida pero extraña, no hay homogeneidad en sus contrucciones, ni siquiera en su forma (no es la típica Plaza Mayor cuadrada que hayas podido ver en cualquier ciudad o pueblo que hayas visitado).

Salimos dirección calle Alfileritos, una de las calles con más encanto de Toledo alejada de grandes monumentos pero con un sabor a antaño que te transporta siglos atrás. En esta calle hay una pequeña hornacina que acoge a la Virgen de Alfileritos, llamada así porque es donde hace tiempo, las mujeres iban a pedir novio a cambio de depositar un alfiler. 

Seguimos adelante hasta llegar al famoso Cobertizo Sto. Domingo el Real. Otro rincón con encanto de Toledo, especialmente de noche. Parece ser que Toledo estaba lleno de ellos hasta que Juana la Loca decidió que quería más luz en sus calles y mandó destruir todos excepto los más altos, aquellos por los que pudiera pasar un caballero a caballo portando su lanza en posición vertical. 

DIA 1 > 22:30.

Anduvimos un poquito más y nos dirigimos hacia la Plaza de San Vicente, donde cenaramos en el Botanic Bar Legendario, un local con varios ambientes y buena música. Según entras te encuentras en lo que podría ser un jardín interior donde tomar algúna café con alguna de sus exquisitas tartas, a la derecha tienes una zona de cuevas perfecta para tomarte algun cocktail y a la izquierda lo que podría ser una especie de pub inglés para cenar o tomarte unas cervezas. Nosotros nos fuimos a la izquierda y cenamos una ensalada, una tosta y un revuelto de huevos con jamón. De postre una tarta velvet y una de zanahoria. El servicio muy atento y amable, la comida muy buena y el precio adecuado. En resumen, pudimos descansar y disfrutar de una cena original y tranquila. 

Recuerdo que cuando entramos a cenar, teníamos clarísimo que a la salida nos tomaríamos una copa en el Circulo de Arte, un local de copas en lo que antes era la Iglesia de San Vicente. Pero cuando terminamos de cenar, las fuerzas se nos habían venido abajo y decidimos retirarnos. Todavía nos quedaba bastante que patear al día siguiente. Eso sí, no desperdiciamos el paseo de vuelta y dimos un pequeño rodeo para poder ver algunas de las proyecciones de luz sobre el suelo que hay en la judería y que delimitan de forma simbólica el contorno (ver Iluminación de la Judería). 

Iluminación Judería
Ir a  Toledo Imprescindible (DIA 2) 


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domingo, 20 de marzo de 2016

Burgos con niños: Historia y zonas verdes





A mediados de Noviembre tuvo lugar la última de nuestras escapadas antes de que el penetrante frío llegara con la intención de quedarse ya todo el invierno. 


Aprovechamos el llamado Veranillo de San Martín o del Membrillo. Nunca había oído hablar de este veranillo hasta este año. Conocía el de San Miguel en octubre pero este no lo había oído jamás. Luego hablando con la gente, te das cuenta de que no es nada nuevo y que también nuestro sabio refranero popular ya recogía este respiro de buen tiempo antes de bajar las temperaturas definitivamente hasta finalizar el invierno. 

“El veranillo de San Martín dura tres días y fin”

“Veranillo del Membrillo, por San Andrés concluido”

“De San Martín a Santa Isabel veranillo es”

Pues si, aprovechando estos días nos acercamos a Burgos. Esta ciudad ya la habíamos visitado en multitud de ocasiones, pero cuando aun eramos sólo dos y el ritmo del viaje lo marcábamos nosotros. Con los niños no habíamos ido aun y nos pareció una buena idea llevarles a conocer y descubrir las múltiples zonas verdes que posee Burgos. 

DIA 1 > 9:00. Salimos un sábado temprano con la idea de parar en el Desfiladero de la Yecla, pero había tal atasco en la carretera que cuando llegamos a la altura del desvío que teníamos que tomar decidimos seguir hasta Burgos directamente. Parar hubiera significado no llegar a comer. 

Desfiladero de la Yecla
Desfiladero de la Yecla
Para los que tengan la oportunidad de parar, es una curiosa visita. Un paseo de poco más de 500 metros a través de una estrecha y profunda garganta consecuencia del paso del arroyo El Cauce durante siglos. El paseo es por pasarelas de metal que recorren la estrecha garganta unos metros sobre el cauce del arroyo. Para llegar a ella tenéis que tomar la desviación a Silos a la altura de Lerma (BU-900) y luego la BU-901 dirección Caleruega y a unos 3 kilometros antes de llegar a un túnel, el arcén se abre dejando espacio para dejar el coche. Como no es un sitio al que dedicarle mucho tiempo, sólo es ida y vuelta y ya está, el flujo de entrada y salida de coches aparcados es continuo y nunca hay problemas para encontrar aparcamiento. 

Pasamos la desviación a Lerma y seguimos dirección Burgos. Habíamos reservado en el Hotel Rice María Luisa. Esta bastante cerca del centro. El Hotel tiene aparcamiento, pero en la calle de atrás es fácil encontrar sitio. La mayoría de las veces que habíamos ido a Burgos nos habíamos quedado en el Hotel Almirante Bonifaz, muy bien situado y con un buffet desayuno inigualable, pero esta vez no tenían disponible el modo de habitación que queríamos así que buscamos una alternativa. Fue entonces cuando surgió la idea del Hotel Rice María Luisa. Nos ofrecían una habitación ejecutiva familiar, para dos adultos y dos niños, con desayuno, a un precio realmente competitivo. Había que probarlo. Así que allí estábamos. 

DIA 1 > 14:00. Cuando entramos en la habitación nos quedamos realmente sorprendidos. No comparto el gusto por el estilo de la decoración, pero era muy amplia y limpia. La habitación tendría alrededor de 50 m2 y contenía una cama de matrimonio, y dos sofás camas preparados, una mesa de comedor redonda con cuatro sillas y varios muebles supletorios. La televisión era grande y de pantalla plana y el wi-fi gratuito. 

Paseo del Espolón
Paseo del Espolón
Dejamos todo y salimos rápidamente hacia el centro a buscar algún sitio para comer. Las calles estaban a rebosar y en la Calle San Lorenzo, típica calle punto de encuentro para tomar el aperitivo, no cabía ni un alfiler. Era complicado circular con un carrito, así que al ver que en una terraza del Restaurante “La comidilla de San Lázaro” se quedaba una mesa libre nos hicimos con ella. Nunca habíamos comido allí y no lo teníamos en mente cuando buscábamos sitio para comer. Pensábamos más en el Pancho, el Rimbombin… pero la gran acumulación de gente nos hizo decidirnos rápido por ese hueco en la terraza que hacía esquina con la Calle Arco del Pilar. Comimos de raciones: una de croquetas, morcilla, bravas y un revuelto de boletus. Todo estaba muy bueno y nos sirvieron rápidamente. El precio muy ajustado. 

Casa Consistorial en la Plaza Mayor
Casa Consistorial o Ayuntamiento en la Plaza Mayor

Paso de la Plaza Mayor al Espolón
Paso de la Plaza Mayor al Espolón bajo edificio del Ayuntamiento
y marcas de la altura y la fecha
que recuerdan dos de las mayores crecidas del río Arlanzón.
DIA 1 > 18:00. Por la tarde después de la siesta hicimos una visita expres por los principales y más céntricos monumentos de Burgos. 

Aunque para una visita básica de Burgos son visita obligatoria tanto el Monasterio de las Huelgas y el Castillo, este viaje estaba hecho pensando en los niños y tuvimos que descartar ambos monumentos tan destacables por su lejanía para incluirlos en una ruta a pie. 

El Castillo de Burgos, aunque no es de los castillos mejor conservados, tiene su encanto. Se puede dar una vuelta por los muros y la visita es curiosa, pero para niños a partir de 6 años. Nosotros lo visitamos hace varios años y en un punto de la visita te ponen unos cascos de obra y bajas por una estrecha escalera de caracol que cada cierto tiempo cambia de sentido para evitar que te marees. Esta estrecha escalera de caracol es la bajada al profundo pozo del castillo. Las primeras noticias que se tienen del mismo son de 1475 cuando las tropas de Isabel la Católica asediaban a los partidarios de Juana la Beltraneja, aunque se cree que fue construido sobre los siglos XII y XIII.

Y del Monasterio de las Huelgas que voy a decir. Para los que lo conozcan saben que no hay palabras que describan la impresión que causa la visita a este imponente Monasterio del siglo XIII con aspecto de fortaleza y para los que no lo conocen, invitaros a que le dediquéis una visita y os dejéis envolver por el ambiente de recogimiento y silencio que nos brinda esta excepcional obra del arte gótico.

Casa del Cordón
Casa del Cordón

Salimos del Hotel y bajamos por la Avda. del Cid Campeador hasta llegar a una entrada peatonal a la Plaza de la Libertad, donde se encuentra la famosa Casa del Cordón, construida en el s. XV como residencia del Condestable de Castilla y posteriormente utilizado por multitud de nobles de nuestra historia. De hecho fue donde recibieron los Reyes Católicos a Cristobal Colón tras el regreso del segundo viaje a América. También en esta plaza está el famoso Restaurante Ojeda, un incunable de la gastronomía burgalesa y donde comprar los mejores Chevaliers (pastel de nata típico de Burgos). Después de descubrir con los niños por qué se llamaba la casa del cordón, compramos un Chevalier y seguimos nuestro camino con ellos entretenidos durante el rato que les durara el pastel.

Atravesamos la plaza y llegamos a la Plaza del Mío Cid, presidida por una imponente estatua de tan representativo personaje. 

Estatua del Cid Campeador

“Este es el Cid, un caballero muy valiente que corrió muchas aventuras y dirigió a las tropas españolas en muchas batallas y las ganó todas. Siempre iba con Babieca, su caballo blanco, y su gran espada Tizona que pesaba más de un kilo y media casi un metro de largo”. 

Paseo del Espolón
Paseo del Espolón con el Teatro al fondo
Desde allí cruzamos hacia el edificio del Teatro y comenzamos nuestro paseo por la ribera del Arlanzón siguiendo el Paseo del Espolón. Tanto el Paseo del Espolón como el Espoloncillo (parte más cercana al río) son zonas exclusivamente peatonales, por lo que se puede pasear con niños tranquilamente. 


Paseo del Espolón
Río Arlanzón desde el Espoloncillo

Arco de Santa María
Arco de Santa María

Arco de Santa María
Detalle bajo el Arco de Santa María

Durante el paseo veremos edificios tan represantivos como el Arco de Santa María, que da paso a la plaza que preside la gótica Catedral de Burgos, o el Palacio de Justicia a este lado del Arlanzón y en el contrario el magnífico NH Collection Palacio de Burgos, un edificio gótico del s.XVI protegido por la UNESCO y el Centro Privado de Educación Secundaria San José Seminario. Nosotros seguimos hasta la rotonda donde da comienzo el Paseo de la Isla. El paseo de la Isla es un romántico parque cuyo nombre proviene de la antigua isla que formaba el río a su paso por esa zona. Tiene una gran variedad botánica y algún que otro resto arqueológico que hace el paseo más interesante.



Catedral de Burgos
Catedral de Burgos

Iglesia de Santa Gadea
"En esta Iglesia de Santa Gadea prestó el Rey Alfonso VI 
ante el Cid Campeador su famoso juramento" 

A nosotros se nos había hecho un poco de noche para entonces y aunque el día había sido bueno, la puesta del sol y la cercanía al río hacía que la humedad refrescara el ambiente bastante, así que decidimos volver al interior. Subimos por la Calle Barrantes hasta la Calle Agueda, donde está la Iglesia La iglesia de Santa Águeda, conocida también como Iglesia de Santa Gadea o Santa Gadea de la Jura porque según cuenta un escrito en su fachada en ella tuvo lugar la Jura del rey Alfonso VI el Bravo, al Cid de que no había tenido nada que ver con el asesinato de su hermano Sancho II el Fuerte, rey de Castilla. 

Catedral de Burgos
Lateral de la Catedral de Burgos
Luego volvimos hacia la Plaza de Sta. María donde ascendimos por la escalinata que aparece a la izquierda, no sin antes pasar por la corta y estrecha calle Embajadores, más conocida como Callejón de las Brujas y narrarles tetricamente que si a las 12 de la noche das tres vueltas y das una palmada, aparecen las brujas y salen corriendo detrás tuyo o algo así.

Callejón de las brujas
Callejón de las brujas
Actualmente, vivir esa leyenda no es tarea fácil, ya que el entorno no ayuda a la inspiración. Parece ser que hace tiempo se incendió uno de los edificios que la componían y desde entonces casa tras casa fueron derruyéndose. Lo que encontramos ahora es un callejón tapiado, con algún agujero que nos abre paso a un descampado lleno de escombros y maleza. Es una pena que una zona tan céntrica y con leyenda incorporada no haya sido rehabilitada para poder revivir viejas leyendas, ahora que las visitas teatralizadas están tan de moda y tienen tan buena acogida. 

Para quien tenga curiosidad por saber el aspecto del callejón cuando aun evocaba la leyenda entre los chiquillos de aquella época, he encontrado esta foto de la Diputación Provincial de Burgos que plasma bastante bien el encanto que poseía allá por 1948. 

En fin, esta vez la visita teatralizada la hicimos nosotros y cual brujas conjuradas salimos corriendo escaleras arriba detrás de los canijos después de dar las tres vueltas y dar la palmada que indica el ritual.

Una vez llegamos arriba, giramos a la derecha por la calle de Fernán González para ver la parte posterior de la Catedral hasta poco después de pasar por el albergue del Camino de Santiago que giramos a la derecha y fuimos a parar a la zona de copas de La Flora. 

DIA 1 > 21:30. Atravesamos la plaza y nos dirigimos de nuevo hacía la Plaza Mayor, al antiguo casino, lugar donde decidimos que íbamos a cenar. La Cafetería Restaurante Casino es un amplio local y típico lugar de encuentro de los burgaleses durante muchos años. Tienen una carta con platos y raciones tradicionales, sin mucha complejidad, pero con buena relación calidad-precio. Es fácil encontrar mesa y para ir a cenar con niños es un lugar bastante cómodo. El personal es muy atento y amable y el pedido lo sirven bastante rápido.

Plaza Mayor de Burgos
Plaza Mayor de Burgos

Terminada la cena, nos fuimos dando una tranquila vuelta hasta el hotel.

DIA 2 > 9:30. Bajamos pronto a desayunar. El buffet del Hotel era bastante bueno: bizcocho de mármol, tarta de manzana, tortilla de patata, además de otras cosas típicas de cualquier buffet.

Después de desayunar subimos a la habitación a recoger las maletas y nos fuimos hacia el coche dirección Fuentes Blancas. Antes de llegar, se puede desviar uno a la famosa Cartuja de Miraflores, monasterio de monjes cartujos y Panteón Real de los padres de Isabel La Católica.

DIA 2 > 11:30. Fuentes Blancas es un bosque más que un parque. Allí puedes encontrar rutas para hacer a pie, en bicicleta, la Playa de Burgos, zonas con barbacoas, columpios, varias fuentes…

Dejamos el coche en el mismo aparcamiento del Chiringuito de Fuentes Blancas (42°20'20.9"N 3°38'45.9"W) y no habíamos terminado de bajar cuando ya habían visto los columpios y empezaron a ponerse nerviosos. Esa mañana disfrutamos todos como niños, sobre todo tirándonos por esos empinados y gigantes toboganes que se encuentran al ras del suelo. Todos son de metal excepto uno que es de hormigón. ¡Advertencia para navegantes! Haya donde fueres haz lo que vieres. ¡No se os ocurra tiraros por el tobogán de hormigón sin un cartón a modo de trineo! Los que se lo conocen se lo traen de casa, pero si no te lo has traído, como nos pasó a nosotros, alguno podrás encontrar por allí que se puede reciclar.


Fuentes Blancas
Toboganes de Fuentes Blancas

Fuentes Blancas
Toboganes de Fuentes Blancas

Fuentes Blancas
Fuentes Blancas
Mientras los niños seguían tirándose como locos por los toboganes nos acercamos a la fuente de la salud, justo a la derecha de los toboganes si los miras desde abajo. Allí también está la capilla de la Virgen de Nuestra Señora de los Álamos.

Fuentes Blancas
Fuente de la Salud


Fuentes Blancas
Capilla de Nuestra Señora de los Álamos

De todas las veces que había estado en Fuentes Blancas, esta fue sin duda la que mas me gustó. Hacía sol y todo el suelo cubierto de hojas le daba un aire bucólico y romántico especial. Hicimos grandes montañas de hojas para luego tirarlas por los aires, nos montamos en los columpios y, evidentemente hicimos muchas fotos. Luego me tocará la dura tarea de la eliminación y selección de las mejores. Pero no nos queríamos perder nada.

DIA 2 > 13:30. Se acercaba la hora de comer y había que decidir donde íbamos. Teníamos tres opciones: volver a Burgos y comer en Ojeda, ir a Carcedo y comer en La Taberna del Abuelo Luis o ir a San Pedro de Cardeña y comer en el mesón que hay justo al lado y donde muchos días fríos hemos tomado el aperitivo mientras entrábamos un poco en calor.

Monasterio de San Pedro de Cardeña
Monasterio de San Pedro de Cardeña

Descartamos automáticamente volver a Burgos, no habíamos reservado y corríamos el riesgo de llegar y no tener mesa. Decidimos ir a San Pedro de Cardeña, pero una vez allí, lo descartamos porque el comedor era muy pequeño y un poco oscuro. Cogimos el coche y nos fuimos hacia Carcedo. Nunca antes habíamos comido en la Taberna del Abuelo Luis, pero nos habían hablado muy bien de el restaurante. Realmente acertamos con la elección. Nos prepararon rápidamente una mesa para todos en la planta de arriba. Tienen una carta original, buenas raciones y precios aceptables. El personal muy amable y atento. Las carnes rojas a la piedra eran excepcionales, así como el bacalao y los postres. De entrante nos pusieron un paté casero muy bueno también. Y al final nos invitaron a chupitos y a los niños a un Kinder Sorpresa. Detalles y buen trato hasta el último minuto. 

Carcedo
Carcedo con la Taberna del Abuelo Luis a la izquierda

DIA 2 > 17:30. Una vez fuera nos dimos una vuelta por el pueblo. Muchas casas se estaban reconstruyendo pero conservando la esencia del pueblo. Estuvimos un rato en unos columpios que encontramos a la salida del pueblo y cuando ya habíamos bajado un poco la comida emprendimos el viaje de vuelta a Madrid. Como era de esperar, no habíamos salido a la N-I cuando miramos a los asientos de atrás y habían caído agotados de tan intenso día. Ellos durmieron tranquilamente todo el camino de vuelta y nosotros pudimos hablar tranquilamente todo el trayecto sobre el éxito del viaje planeado. 

En conclusión, volver a Burgos de nuevo con los niños: todo un éxito.